Hijo de Freud
Por: Luis Bocaz
Una tarde de verano, en el campo, debajo de una higuera, mi madre me miró a lo lejos mientras yo cabalgaba un palo de escoba y comentó con una tía:
-Pobre hijo, ojalá se case con una buena mujer.
Me casé con una buena mujer, pero no nos entendíamos bien.
Me divorcié.
Me casé, entonces, con una buena mujer, con la cual nos entendíamos bien y nos amábamos, pero ella amó más a otro y me abandonó.
Moraleja: Madres, nunca habléis de hijos debajo de la higuera.
-Pobre hijo, ojalá se case con una buena mujer.
Me casé con una buena mujer, pero no nos entendíamos bien.
Me divorcié.
Me casé, entonces, con una buena mujer, con la cual nos entendíamos bien y nos amábamos, pero ella amó más a otro y me abandonó.
Moraleja: Madres, nunca habléis de hijos debajo de la higuera.
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